Abuela, lamento mucho no haber podido estar contigo cuando me necesitabas , pero Dios eligió llevarte antes de que nos pudieramos volver a encontrar.

Siento que haya sido lejos de tu casa y de tus hijos; pero ya has tenido la oportunidad de vivir mucha vida, muchos años. Vida larga aunque nada fácil y tu siempre luchadora. Un ejemplo de lucha hasta el último minuto.

No hago más que pensar en todos los momentos de mi vida en los que he estado contigo, tengo muchos recuerdos.
Me reía mucho contigo, me gustaba escuchar tus historias, he aprendido de tu experiencia y consejos.
Te voy a echar de menos.

Ahora ya puedes descansar en paz junto a tu primogénito. Gracias por todo.

Te quiero abuela, tu nieta Sara.