Después de que las lágrimas se secan y los adiós se han dicho, tenemos que aferrarnos a los recuerdos felices que hayamos compartido con nuestro ser querido que ya haya partido. Esto es lo que los mantiene vivos en nuestra mente.
Mi querido Eloy e hijos. Se podrá haber escapado de vuestra vista, pero jamás de vuestros corazones.
Aquellos que amamos no se van jamás, caminan junto a nosotros día a día.
Nadie nos puede preparar para una pérdida. Viene como el viento silencioso. Pero encontrad consuelo en que ahora estará descansando en los brazos de nuestro Señor.
Que Dios os bendiga y os de paz a ti y a tu familia durante este tiempo de duelo.
Besos y abrazos para todos. Se os quiere

Mi más sentido pésame en estos momentos tan dolorosos. DEP.

Querida amiga, hoy te tenemos que decir adiós, pero siempre estarás en nuestro corazón. Que Dios te tenga en su gloria.