EL SEÑOR
DON CARLOS GALÁN LORÉS
“TODO MI CARIÑO TODO MI AMOR Y TODO MI RESPETO”
(CATEDRÁTICO CRÍTICO LITERARIO PRESIDENTE DEL ATENEO AL SERVICIO DE LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO DURANTE 40 AÑOS)
Falleció en Santander el día 28 de Noviembre de 2016, habiendo recibido los SS.SS. y la B.A.
D.E.P.
Su esposa, Aurora Bobadilla Pardos; sus hijos, Pepa, Aurora y Claudio De Bacco; nieto, Ricardo; hermanos y amigos.
RUEGAN una oración por su alma. El funeral por su eterno descanso se celebrará HOY MIERCOLES, día 30, a las SIETE Y MEDIA de la tarde, en la iglesia parroquial de San Agustín (PP. Agustinos).
RUEGAN una oración por su alma. El funeral por su eterno descanso se celebrará HOY MIERCOLES, día 30, a las SIETE Y MEDIA de la tarde, en la iglesia parroquial de San Agustín (PP. Agustinos).
Santander, 29 de noviembre de 2016
Tanatorios Nereo Hnos.
Condolencias
Un hombre bueno es un tesoro que a todos pertenece , El sufrimiento de su esposa Aurora y de sus hijos es también el nuestro . En el Ateneo de Santander y en el Salón de Actos , en la Presidencia , permanecerá su imagen para siempre y su recuerdo nos estimulará en esa línea de humanidad que nos deja como ejemplo.
Conocí a Carlos Galán como alumno en el Instituto de Enseñanza Secundaria José María de Pereda, donde impartía enseñanza de Lengua castellana y Literatura. Conocía a Aurora, su esposa, cuando trabajamos juntos en la administración de la Seguridad Social de Cantabria.
Mi recuerdo a Carlos y mi apoyo a Aurora y resto de la familia, en estos momentos de dolor.
Que la tierra te sea leve, Carlos.
En representacion de mi padre, ya fallecido, Julio Amado Castanedo, compañero y amigo personal, y en el mio propio como empledo suyo en la UIMP, les envio mi mas sentido pesame.
Aunque la vida nos separó y nos veíamos de tarde en tarde siempre hemos guardado de Carlos y Aurora un recuerdo entrañable desde los tiempos del ICE. Un cariño especial y una amistad sentida. Nuestro más sincero pésame para Aurora y "las niñas"Un fuerte abrazo. Emilio y María Elena.
Le conocí cuando yo era alumno del Instituto Jose Maria Pereda, donde gozaba de un gran prestigio como docente. Posteriormente, mi padre tuvo mucho trato con él en el Ateneo. Hombre culto y erudito como pocos.
Hoy nuestra vida suspira inquieta. Se rasga el cielo y arañamos el corazón caminando entre sombras. Porque hiere, Porque hay luces tristes, Porque cuando un amigo se vá ...!!! Los montes se hunden !! ¡¡¡ Los árboles no crecen !!! Y " la voz a ti debida " se transforma en una antorcha perenne qué brillará siempre.Gracias por todo Carlos.
Mi más sincero abrazo Aurora , Pepa y Aurora.
Quería enviar un fuerte abrazo en nombre de todos los hijos de Pancho Pérez González, gran amigo de Carlos y Aurora.
Aurora: Nuestra más sentida condolencia,
Ana y Juanjo.
Fue un excepcional profesor de bachillerato, al que debo mi vocación por la enseñanza de la literatura y al que tuve el honor de sustituir en su cátedra en el IES Pereda de Santander. Además resultaba proverbial su generosidad para apoyar y participar de forma desinteresada en cualquier iniciativa literaria o cultural. Por último, su encanto personal se disparaba en las distancias cortas, tornando inolvidables las tertulias, presentaciones, cenas o distendidas conversaciones compartidas con él. Descanse en paz tras una vida tan fecunda y mis condolencias para Aurora y sus hijas.
José Manuel Cabrales Arteaga
Nos ha sido imposible poder acompañaros en este luctuoso momento. Ya sabes lo mucho que queríamos a Carlos y los que nos entristece este fatal desenlace que, no por esperado, deja de llenarnos de consternación.
Mucho ánimo y fuerza para llevar la ausencia de Carlos. Su inteligencia, su agudeza y su sentido del humor van a dejar un hueco difícil de llenar entre los que nos sentíamos sus amigos.
Recibe un fuerte abrazo
Gloria y Juan Antonio
Nuestro recuerdo y un fuerte abrazo.
La primera vez que vi a Carlos fue en el verano de 1970, en la Residencia de Extranjeros de Las Llamas, donde él estaba incorporado a los cursos de Lengua Española, y yo ocupaba el puesto de Subdirector de la Residencia. Digo le vi, nada más, ni nos saludamos. Yo subía a mi habitación y él hablaba por teléfono en el vestíbulo del pabellón. Enseguida nos conocimos, y compartimos más de una comida en la propia residencia, acompañados por los estudiantes. A partir de entonces, con intermitencias temporales mantuvimos una relación cordial, que culminó con su generosidad como Presidente del Ateneo, permitiendo la presentación en él de alguno de mis libros. Mi agradecimiento se une a mis condolencias y mi cariño hacia Aurora, con la que también compartí alguna de aquellas comidas.